¡Vaya noticia! Cuando diseñamos un sistema gamificado, tenemos un objetivo específico, que por lo general es aquel que nos encarga un cliente. ¿Qué es lo que realmente necesita esa persona o esa marca? ¿Quiere vender más un producto o un servicio? ¿Que sus recursos humanos sean más eficientes? ¿Que cierto grupo de personas mejoren algún aspecto de su comportamiento o de su estilo de vida? Según el objetivo haremos gamificación externa, interna o de cambio del comportamiento.