1945
Buenos Aires
Nuevo Parque Japonés
Quince años pasaron desde el incendio en 1930 del elegante Parque Japonés de Recoleta. La crisis de entonces adelgazaba tanto los bolsillos que ningún inversor se había tomado el trabajo de reconstruirlo durante nueve años. En la ciudad quedaba un vacío, que se sentía más profundo porque la miseria golpeaba duro.
Año raro, 1939, el de la reinauguración. Lío de nuevo en Europa. Que la invasión a Polonia, que Franco en España esto y Mussolini en Albania lo otro, que Japón en China, que Roosevelt dijo tal cosa, que la flota británica, que un tal Gandhi, que la Unión Soviética en Finlandia. A contrapelo del mundo, en Buenos Aires habían abierto un «Nuevo Parque Japonés».
Los que conocieron al original dicen que este parece una feria de pueblo. Ni siquiera ocupa el mismo sitio. Ahora está frente a la estación de trenes. Pero las atracciones, aunque más modestas, tienen su encanto. El circo, los enanos, la mujer barbuda, el faquir y el hombre más pequeño del mundo. El tiro al blanco, las tacitas, la vuelta al mundo y el látigo. ¡Un programón!
Y si queda alguna moneda, antes de irse, a elegir el paisaje y encajar la cara para la foto. Por un instante y para la eternidad: cowboy, bailarina hindú, chino de bigote largo y trenza o reina de Inglaterra.
Este año de 1945 le cambian el nombre, lo llaman Parque Retiro.
Cosas de la guerra.
