2008
Azeroth
La caída de los cinco reyes
El ejército de la Horda se desliza entre las sombras que arrojan los árboles del Bosque del Ocaso. La luna llena es la única luz, excepto por el fulgor de las espadas, las hachas embrujadas y los bastones mágicos. Son más de un centenar de guerreros, magos, druidas, cazadores.
Unos montan enormes osos negros de guerra, otros corren transformados en felinos. Es una escena impresionante, casi imposible. La fuerza de asalto corre desbocada, a los gritos, roncando, aullando, dispuesta a invadir por sorpresa los dominios de los humanos y sus aliados. Stormwind es la primera parada, pero no será la última. No quedará ni un jefe humano, ni un rey enano, ni un solo mandatario elfo ni gnomo, ningún draenei de sangre azul. Esta noche la Alianza caerá bajo el poder de la Horda salvaje. Y para que todo ello ocurra en los Reinos del Este de World of Warcraft, en el mundo real nadie dormirá hasta el amanecer.