1947
Shoto, Shibuya
Matrimonio por conveniencia
La pequeña mano tiembla, húmeda en su mano también pequeña. Japón ha perdido la guerra. La economía demorará doce años en volver a niveles favorables. Hiroshi Yamauchi estudia Derecho en una de las mejores universidades de Tokio. No tiene que trabajar porque su abuelo le envía dinero regularmente y satisface todos sus reclamos. Tampoco tuvo que marchar al frente de batalla gracias a las influencias de Sekiryo, imposibilitado de arriesgar al único heredero de Nintendo. Es un joven impetuoso que ama la gran vida, el licor y los billares. Mucho no estudia, sólo prefiere estar lejos de Kioto.
Las cosas no andan bien en la compañía. La depresión económica ha impactado en las ventas de Hanafuda y trumps por igual. Los japoneses no tienen tiempo ni ganas de divertirse. Sekiryo ha probado todo: elaboró cartas con imágenes patrióticas a pedido del gobierno, y pensando que sus productos venderían mejor en los países victoriosos, formó una sociedad llamada «Napoleón» destinada a exportar barajas. Pero con eso apenas logra mantenerse a flote. Así que ha convencido a su nieto de casarse con la hija de un acaudalado veterano de guerra, y aquí está Hiroshi, cumpliendo con el mandato familiar, tomado de la mano temblorosa de su flamante esposa Michiko, una niña de aspecto triste a la que conoce desde anoche. La pareja ya tiene hogar en uno de los barrios más exclusivos de Shibuya, y al mismo tiempo todo está preparado para que Nintendo se vuelva el proveedor oficial de trumps, en especial cartas de póker, para los trescientos mil soldados de ocupación.