ficción lúdica

159

1979

Nueva York

Elige tu propia aventura

Los libros no siempre se leen de principio a fin. ¿Quién no empezó alguna vez leyendo el final de una novela? ¿Quién no se tentó relojeando a mitad del libro la suerte de un personaje favorito?

Además, las historias bien pueden tener distintos finales. ¿Quién no tuvo un padre desmemoriado que le contaba una historia al borde de la cama y del sueño, y la modificaba sin querer noche a noche?

Cuando la editorial Bantam Books comienza a publicar su serie Choose your Own Adventure casi ningún chico se la quiere perder. Compran y leen con fruición títulos tan hipnóticos como «Tu nombre en clave es Jonás», «El abominable hombre de las nieves», «Quién mató al Presidente», «Dentro del OVNI 54-40».

La advertencia de la primera hoja informa con tono severo cómo debe leerse. «¡Tu elección puede conducir al éxito o al fracaso! Sólo tú eres el responsable de tu destino porque tú eres el que toma las decisiones.» Al pasar las páginas el lector ve con los ojos del protagonista porque está escrito en segunda persona, todo lo que éste hace, lo hace el lector. 

Cada tramo del libro conduce a un cruce de caminos donde hay que elegir entre varias opciones, para luego seguir tal vez varias hojas más adelante o morir en la página siguiente. Más que una encuadernación de hojas parece un mapa que se despliega. La historia se va tejiendo como una telaraña porque nadie quiere morir, y el lector hace trampa volviendo hacia atrás y tomando otra opción. Así va a los saltos hasta llegar cansado a un final de los tantos que hay, entre quince y cuarenta. Tal vez no sea la mejor literatura. Para los padres la trama y la forma que están escritas les resultan insulsas. Pero no se trata del contenido, lo que les gusta a los chicos es su mecánica de lectura más parecida a la de un juego. 

 


Marvin Clock

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