ficción lúdica

03

2750 a.C.

Lagash, Sumeria 

Echar la suerte

La anciana sabia ahueca su túnica mugrienta haciendo como una bolsita. Allí coloca unas piedras pequeñas y las revuelve agitando la tela. Hacen un tintineo al golpearse entre ellas. Con un gesto rápido las vuelca sobre el piso de tierra. Su cara de máscara observa. 

Se suspende el tiempo, el día se vuelve negro. O así le parece al viajero temeroso que le pide consejo a la vieja. Las piedritas tienen marcas que no entiende. En esas muescas está escrito su destino.


Marvin Clock

[01:03:09]  

 

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