1947
Chicago
Humpty Dumpty
«The greatest triumph in pin game history», dice el anuncio que publica Gottlieb en las revistas más vendidas. La nueva máquina de pinball, invención del diseñador líder de la compañía, Harry Mabs, es fabulosa porque por primera vez pone seis flippers, o paletitas, bajo el comando del jugador. Son pequeñas, dos arriba, dos al medio, dos abajo –invertidas según las conocemos ahora– y para moverlas hay que pulsar los botones laterales de la mesa. Ahora se puede golpear las lustrosas bolas de acero para enviarlas de nuevo a lo alto, en medio de rebotadores y elásticos, y así luchar a pura habilidad por el puntaje. ¡Adiós al azar!
Humpty Dumpty tiene también un hermoso sonido musical, un panel de puntaje electrónico con animaciones de luces y un espectacular diseño gráfico del legendario artista que comparten Gottlieb y Williams, Roy Parker, experto en dibujar damas hermosas y ligeras de ropa. Jugar bien obliga al huevo con patas a caerse de un muro, como en la vieja adivinanza que Lewis Carroll volvió clásico en Alicia a través del espejo:
Humpty Dumpty sat on a wall,
Humpty Dumpty had a great fall.
All the king’s horses and all the king’s men
Couldn’t put Humpty together again.
Humpty Dumpty de Dave Gottlieb es el primero de los pinballs –en Argentina y otros países los llamamos flippers– porque tiene ya todos los componentes donde deben estar. Las más preciosas máquinas de la historia salieron de este huevo primordial.